Un mercado de banda ancha completamente descentralizado y autónomo. Es el producto estrella de una compañía que está haciendo de la aplicación de Blockchain al ámbito de la ciberseguridad el centro de su desarrollo. Los pares que participan en la red pueden estar tranquilos sobre la confidencialidad de sus datos y esquivar la censura con más facilidad.
Las redes VPN (red privada virtual) son, simplificando mucho, las redes seguras de internet, privadas y anónimas. Los servicios centralizados que existen son imperfectos. La aplicación de la tecnología de las cadenas de bloques y la descentralización que permite cambiaría el panorama por completo.
El quid de la cuestión es que el usuario de Privatix puede navegar en la red y vender la conexión sobrante a otros usuarios que necesitan más, sustentada sobre la criptomoneda propia de Privatix: PRIX (ERC20, =0.01ETH). La empresa lanzó su ICO (Oferta Inicial de Moneda; una crowdsale de toda la vida) en octubre de 2017 y ha sido todo un éxito: 57142 ETH alcanzados.
¿Y ya está? No. Sólo imagine las posibilidades que esto genera. No sólo vender un ancho de banda que no está utilizando; también pueden participar grandes empresas de hosting, evitar bloqueadores basados en DPI (como el Gran Cortafuegos Chino) para desarrolladores de aplicaciones, monetización en idénticas condiciones, un servicio CDN descentralizado…
La libertad como servicio
¿Qué, quién es Privatix? Una compañía cuyos miembros tienen una larga experiencia de más de diez años en el ámbito de VPN y la ciberseguridad. Si os suena TempMail o 5VPN… Algunos de los cerebros que están detrás son Dima Rusakov, Nikita Kuznetsov, Dmitry Rubtsov y Vitaly Hnidenko.
Hoy por hoy (en los albores de 2018) ofrecen servicio VPN multiplataforma y Privatix.Agent, el software principal. Pronto estará en funcionamiento un API para alquilar proxies de agentes (usuarios) con IP residenciales y un CDN propio, además de Privatix BOX, un router DD-WRT. También se planea lanzar Privatix.FaaS y Privatix.Monetize para que los desarrolladores distribuyan sus aplicaciones (el núcleo del negocio).
En un mundo en el que todo se compra y se vende, los padres de Privatix han visto claro el futuro. Un futuro que puede gustarnos más o menos, pero que está ahí. Nuestra vida, que son nuestros datos, pronto fluirá enteramente de forma virtual. Garantizarnos nuestra libertad para por asegurarnos nuestra privacidad. No se nos ocurre algo mejor en que gastar nuestro dinero.