Tsukuba, otra votación experimental con blockchain

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Tsukuba es una ciudad japonesa con cerca de un cuarto de millón de habitantes que se localiza a una cincuentena de kilómetros de la capital nipona. Se la conoce como la Ciudad de las Ciencias por la gran concentración de empresas tecnológicas e instituciones de investigación asentadas en el municipio. Y ahora, según nos cuentan desde Genbeta, también por ser pionera en las votaciones basadas en tecnología blockchain en el archipiélago del Sol Naciente.

Hace apenas unos días los habitantes de la ciudad decidieron acerca de la implementación de varios proyectos tecnológico-sociales. Para ello votaron a través de una terminal lectora de tarjetas y gracias a una tarjeta identificativa personal con 12 dígitos, llamada My Number, que el gobierno japonés emitió en 2015.

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Tsukuba se une así a la lista de ciudades e instituciones que han comenzado a probar, de forma experimental, las votaciones democráticas online basadas en blockchain. Ya lo hicieron el Estado de West Virginia para facilitar el voto de sus militares, la ciudad suiza de Zug (otro reducto tecnológico) para una consulta similar a la japonesa (de esto ya os habíamos contado algo) y otras instituciones menores.

Luces y sombras del voto blockchain

La votación ha resultado sencilla y eficaz, según las autoridades, aunque no exenta de problemas. Cuando los votantes no recordaban su clave no resultó claro si su voto había sido contabilizado o no, ni hubo una verificación de identidad fiable (ningún sistema aseguraba que alguien no pudiese usar la tarjeta My Number de otra persona para votar en su lugar).

Como telón de fondo está el miedo a los errores técnicos, algo que impide el afianzamiento y expansión de las votaciones basadas en blockchain, como reconocen los mismos organizadores de este plebiscito. Es una cuestión de organización y programación conseguir, por ejemplo, que la identidad del votante sea completamente anónima y que al mismo tiempo quede registrado de forma fiable que su voto se ha producido.

De forma que la experiencia de Tsukuba ha demostrado que todavía queda un largo camino por recorrer antes de que las votaciones blockchain estén totalmente a punto para su uso generalizado. Merece la pena avanzar despacio en esa dirección para evitar fraudes y hackeos que podrían resultar catastróficos. No obstante, se ha abierto la veda; las elecciones basadas en tecnología blockchain son cuestión de tiempo.