Blockchain, fotones y viajes en el tiempo

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Decía un amigo cuando se mamaba (lo seguirá diciendo, digo yo) que “todos somos fotones”. No vamos a entrar en esta disquisición de talante casi metafísico, pero me ha recordado la frase este artículo de La Razón que trata interesantísimas perspectivas de futuro para las cadenas de bloques; he de confesar que lo he entendido a medias, siendo optimistas, pero me parece que merece la pena hacerse eco de lo que cuenta.

Resulta que se puede llegar un paso más allá en la esencia misma de las cadenas de bloques. Como ya sabemos, las virtudes de una cadena de bloques son su naturaleza compartida, abierta, segura e inmutable, que hace esta tecnología muy eficiente a efectos de registro de transacciones y contratos (monetarios o no). Pues la física cuántica tiene algo que decir al respecto.

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La esfera de Bloch, la madre del cordero. Si entiendes algo, enhorabuena.

¿Habías oído hablar de la informática cuántica? Pues yo no. A ver si lo explico en un par de frases… La informática “normal” tiene un límite físico; la miniaturización está llegando a sus límites. Resulta que otra informática es posible sustituyendo los bits (que entienden 1 y 0) por los cubits (que entienden 1 y 0, pero también 1 y 0 al mismo tiempo). Con los cubits se pueden realizar varias operaciones de forma superpuesta. Aquí y aquí te lo explican mejor…

La informática cuántica y blockchain, un nuevo horizonte

¿Y qué tiene que ver todo esto con las cadenas de bloques? Pues resulta que hay una cosa que se llama entrelazamiento cuántico que hace que cuando dos partículas elementales (fotones, por ejemplo) interaccionan quedan relacionadas profundamente entre sí a pesar de la distancia que pueda separarlas, tanto en el espacio como en el tiempo.

Desde esa perspectiva, un hacker cuántico podría alterar el registro supuestamente inmutable de una blockchain. Viajar al pasado, hablando rápido y medio bien, medio mal. Sería Marty McFly toqueteando los contratos inteligentes del pasado. Una catástrofe. Pero espera, baja los brazos y siéntate, que no es el fin. Al contrario, es el principio.

El principio en el que se basa el contraataque cuántico. Parece que podría reforzarse el cifrado y hacerlo insuperable para los ordenadores cuánticos dándoles su propia medicina, o sea, codificando los bloques de la cadena mediante fotones que no están allí en ese momento, pero existen en el pasado y son accesibles por vía cuántica. Si eso no es viajar en el tiempo, que baje Doc y lo vea.

Personalmente todo esto hace que me duela la cabeza, pero no deja de ser inspirador comprobar que hay un horizonte brillante para la tecnología blockchain. Y ahora os dejo, que voy a fantasear un rato…