El Brexit no lo arregla ni la blockchain

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Uno de los mayores quebraderos de cabeza que el Brexit está causando al gobierno británico es el de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte. Hoy atraviesan esa línea ficticia, por dar una cifra, más de 6000 camiones cada día. Cuando la frontera se vuelva más real, como cuarenta años atrás, ¿cómo mantener el ritmo?

Es todo un desafío controlar el comercio sin que ello afecte al volumen y el ritmo (y por tanto al rendimiento económico) del mismo. Una frontera es lo que tiene… El contrabando, no sobrepasar las cuotas de importación/exportación y controlar que los bienes se adaptan a los requisitos de calidad UE son los problemas concretos en el caso del Ulster.

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Personalmente da mucho gustico ver que no son solamente los gobiernos de la Europa mediterránea los que improvisan, se bandean y salen con ocurrencias de peseta (consuelo de tontos, ya lo sé). En el gallinero de pollos sin cabeza que es hoy día la política británica, el Ministro de Hacienda, Philip Hammond, sugiere la puesta en marcha de una blockchain para gestionar el comercio en la frontera británico-irlandesa.

Una idea peregrina, o quizás no tanto

Nos lo contaban hace nada en Wired: puede parecer que Hammond (este es el pollo en cuestión) se ha sacado la idea de la chistera, porque a seis meses vista de que se bajen las barreras aduaneras y con la complejidad que reviste semejante aplicación de la contabilidad contribuida, así lo parece (como si invocar la blockchain bastase para desfazer el entuerto).

No obstante, no está solo; hace tiempo que me acostumbré a no minusvalorar a un tipo que ha llegado a ministro. Hay una propuesta en firme (aunque vaga) de la compañía Reply. Tirando de ejemplos sobre trazabilidad y supply chain, la propuesta involucra una contabilidad distribuida y el IoT para, efectivamente, agilizar y asegurar el tráfico comercial post-Brexit en la Isla Esmeralda.

Para el redactor de Wired, la declaración de Hammond no es sino un recurso desesperado a la panacea que hoy es blockchain, como si las cadenas de bloques pudieran resolver cualquier problema que se nos ponga por delante. No obstante, puede que la idea no sea una tontería como el palacio de Buckingham, pero hace falta mucho tiempo y preparativos para que un dispositivo de control basado en DLT pueda implementarse de forma eficaz en un escenario tan complejo.