¿Blockchain contra la propiedad privada?

remolino de cadenas

Bueno, el título me ha quedado un poco demagógico; ahora que tengo tu atención, te diré que tiene su justificación. En Navidad me entra el duende y me he acordado de esto. Vamos a contarte cómo un economista progre y un friki famoso planean remodelar drásticamente el concepto de los impuestos directos y de la participación política democrática a través de la tecnología blockchain.

El friki famoso es nuestro viejo amigo Vitalik Buterin, el tecnoprofeta que ideó Ethereum y al que le gustan las camisetas de unicornios y arcoíris. El economista progre es Glen Weyl, un académico relacionado con Microsoft y estudioso de la historia económica decimonónica. Y esta es la historia de cómo dos buenas cabezas se unen para producir algo superior; en este caso, un nuevo modelo de contrato social y su sostén práctico.

retrato de Weyl
A Buterin ya lo conocemos; este es Weyl.

Antecedentes mínimos:

  • Weyl escribe, junto con un prestigioso profe de la Universidad de Chicago, un libro sobre la remodelación de la propiedad privada, la contribución fiscal y la participación democrática directa.
  • Buterin se interesa, Weyl le envía una copia y Buterin se la devuelve con abundantes comentarios y anotaciones.
  • Ambos se ponen a trabajar juntos para poder llevar las ideas a la práctica, o al menos, poder testarlas. Aquí, el manifiesto conjunto.

Mercado descentralizado y votación cuadrática en ecosistemas blockchain

La teoría de Weyl es sencilla. Le gustaría ver una sociedad con un mercado realmente libre, en el que cada individuo valoraría sus propios bienes y pagaría impuestos en consecuencia. Fácil y brillante. En el ámbito político, el voto valdría ciertos créditos y podrían emplearse en cada elección o en momentos puntuales.

La aportación de Buterin es fundamental: ¿cómo vas a controlar la valoración de bienes, su intercambio y su fiscalización? ¿cómo se va a gestionar un sistema de votos “tokenizados” manteniendo el anonimato total? Aquí es donde entra en juego la contabilidad distribuida de Ethereum, aportando un registro fiable e inmutable, una participación descentralizada y un anonimato absoluto.

En el ecosistema Ethereum es el espacio donde ya se están testando parte de estas ideas, es decir, la parte testable a estas alturas: el sistema de participación electoral que Weyl ha llamado “cuadrático”. Para lo del mercado 100% autorregulado habrá que esperar un poco; en esto la teoría es muy sencilla, el desarrollo técnico también, faltan… bueno, quizás unas cuantas antorchas por la calle…