La Unión Europea se está convirtiendo, sobre todo a través de su programa H2020, en todo un motor del desarrollo, testeo y puesta en marcha de casos de uso específicos de la tecnología blockchain, muy especialmente en todo lo relacionado con la optimización de procesos que atañen a los servicios públicos europeos. El Proyecto TOKEN es uno de los ejemplos más evidentes de ello.
Este Proyecto TOKEN (cuyo nombre completo es “Transformative Impact of Blockchain Technologies In Public Services”) pretende medir el impacto del uso de la tecnología blockchain en los servicios públicos y la experiencia del usuario final. Para ello, este proyecto alemán cuenta con la participación de 11 entidades diferentes procedentes de nueve países distintos. Entre ellos están el Ayuntamiento de Santander y la Universidad de Cantabria.
Así, Santander está dando no solamente los pasos para convertirse en una de las primeras ciudades inteligentes españolas, sino también para poner a prueba el verdadero impacto de la tecnología blockchain en la administración pública de servicios y en la calidad de vida de la población. Y lo hace sobre dos pilares: el ayuntamiento y la universidad.
Diferentes enfoques para analizar una misma realidad
Desde un punto de vista más técnico, se trata de evaluar lo que se denomina Blockchain Platform as a Service Solution (BCPaaS) en cuatro sectores: distribución de fondos públicos, gestión de cuentas públicas, logística urbana y valorización de datos. Para ello pretende integrarse la perspectiva de técnicos, gestores públicos, policy makers y asociaciones blockchain.
¿Qué papel jugará el Ayuntamiento de Santander en todo esto? El objetivo principal del consistorio es triple: pasa por analizar el potencial de la DLT en la provisión de servicios, su impacto en el tejido productivo local y el rol específico del funcionario municipal. Para ello ya cuenta con la instalación de un ecosistema de equipos para obtener datos y gestionarlos vía DLT.
Por su parte, la Universidad de Cantabria aporta el músculo tecnológico a la hora de llevar este proyecto a la realidad a través de su Grupo de Ingeniería Telemática, que se articula en la instalación de sensores conectados a equipos que permiten el análisis de datos, jugando con los avances actuales en IoT y Big Data.
Iniciativas como esta pueden parecer poca cosa cuando las contemplamos desde una perspectiva amplia. Pero una implantación efectiva de una tecnología con la capacidad disruptiva de la DLT en nuestra vida cotidiana implica cambios descomunales, esfuerzos muy costosos, avances y retrocesos… Conviene ir con pies de plomo para que cada paso que se dé hacia delante sea dado con seguridad.