¿Por qué Copenhagen Compliance se fijó en blockchain?

Los amplios y fluidos sectores de la gobernanza, la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo y de seguridad IT se engloban bajo las siglas GRC. Junto con las cuestiones relacionadas con estafa, fraude y corrupción (por un lado) y con las llamadas CSR (solicitud de firma de certificado) son los principales caballos de batalla de la empresa moderna.

De la Empresa Moderna con mayúscula y con un tipo de letra bien bien grande, o sea, de las grandes compañías internacionales de prácticamente cualquier ámbito económico, eso sí. Generar procesos ágiles, confiables y por supuesto baratos en un marco de gestión socialmente responsable y sujeta a la obediencia de la legalidad es una necesidad crucial en estos tiempos.

Esa cuadratura del círculo (cómo ganar dinero portándose bien entre sí y con los demás) está en el humus que ha hecho crecer la Copenhagen Compliance, sociedad que se autodenomina think tank. Decididos a hacer que la empresa en general aprenda a comportarse, y convencidos que ello repercutirá en beneficio de todos, ofrecen asesoría especializada y alto nivel a quien pueda requerir sus servicios.

Las cadenas de bloques son una tecnología a la medida de Copenhagen Compliance

En todas esas tareas, la tecnología blockchain se ha revelado como fundamental, como el elemento providencial que parecía faltar. Se desempeña a las mil maravillas para cumplir los objetivos de eficiencia requeridos (rapidez, fiabilidad, bajo coste del uso de la transacción de bienes y servicios) y encaja como un guante en los proyectos de la Copenhagen Compliance.

Así, es completamente lógico que se hayan fijado en esta tecnología, y que hayan elaborado algunos de los documentos más incisivos y clarividentes al respecto, como este (el más básico y generalista), ese (en relación con el riesgo y el cumplimiento normativo) o aquel (orientadas a las criptomonedas). Tres perlas para entender por dónde van los tiros en cuanto a blockchain se refiere.

Los hemos traído, y son la razón de que hablemos de Copenhagen Compliance, porque el tono didáctico y generalista que emplean en los mismos son muy adecuados para entender las múltiples posibilidades y caminos que pueden seguirse en compañía de las cadenas de bloques. Cortos y directos al grano, son la mejor forma de entender blockchain, sus potencialidades y limitaciones, para cualquier hombre de negocios del siglo XXI.