Vaya por delante que me declaro un lego absoluto, tirando a ignorante total, en todo lo que tenga que ver con banca o contabilidad. El significado de palabras como “devengar” roza el misterio arcano para mí. No obstante, la cabeza me da para entender a los que saben más que yo, si se explican con suficiente sencillez.
Así ha ocurrido cuando me he encontrado con este breve texto (pero muy ilustrativo) de José Maria Revello de Toro, reconocido experto en banca de inversión y director de uno de los másters del Instituto de Estudios Bursátiles. He entendido (o eso creo) que la banca “de andar por casa”, la minorista, la que todos conocemos, tiene mucho que ganar empleando la tecnología blockchain. Y que la banca de inversión, más todavía.
La banca de inversión implica pocos y muy selectos clientes (grandes empresas normalmente), productos hechos a medida, inversiones arriesgadas y potencialmente muy rentables, cierta proximidad “física” entre equipos reducidos y especializados. No hay sitio para experimentos tecnológicos… Pero la tecnología blockchain es la excepción, pues permite una agilización y abaratamiento de los procesos sin precedentes, sin sacrificar la seguridad por el camino.
Los grandes del sector ya trabajan con DLT
Leyendo un poco más he visto que esta posibilidad lleva al menos un par de años en las más avezadas cabezas de los especialistas, aunque yo no tuviera ni idea. Lógico; si tuvieran que esperar a que yo me enterara, mal vamos. De hecho, más que una posibilidad, ya se ha convertido en una realidad palpable.
Bueno, más vale tarde que nunca, dicen. BBVA y Santander están, como no, a la cabeza en este proceso. El banco santanderino colocó a John Whelan (su experto en blockchain) a la cabeza del equipo de banca de inversión digital a mediados de 2018, y acaba de emitir el primer bono 100% blockchain. La entidad liderada por Carlos Torres Vila, por su parte, siempre ha sido pionera en el empleo de las cadenas de bloques, y siguen con la misma idea en mente.
Así, comprobamos que la tecnología blockchain no solamente permea la banca comercial, también llamada minorista, con productos tecnológicos que facilitan el uso diario que cualquiera de nosotros podemos dar a nuestro banco de cabecera. También se abre hueco, y de qué manera, en la esfera de las altas finanzas (no sé si la expresión estará un poco demodé…).