En una era en la que todo puede tokenizarse para descentralizar inversiones y ganancias, el cine no iba a ser menos. Tras los experimentos más de vanguardia, que los ha habido (como fue Campeonato mundial), toca hablar de otro proyecto fílmico que ha contado con una financiación distribuida.
Así, Bull Run (que así se titulará) no es la primera película sobre blockchain o criptodivisas, ni la primera película tokenizada; pero sí la primera película tokenizada que trata sobre bitcoin y las criptodivisas. Y ha saltado a la prensa porque ha conseguido cubrir su financiación en apenas 24 horas. Los productores (Cosabona Films y The Immigrant) encantados, claro.
La responsable del proyecto, Ana Ramón, sigue en el género documental dramatizado con su propia historia como cineasta enganchada al trading de criptomonedas; una buena excusa para hablar sobre el potencial de transformación del mundo financiero (o sea, del mundo) que tienen las criptodivisas.
El cryptotrading salta a la gran pantalla
Era cuestión de tiempo que la fiebre criptoinversora masiva de los últimos tres años invadiera estudios y salas de cine. Comprar o vender criptomoneda es ya una realidad social plenamente implantada y, como tal, genera interés. Máxime cuando se lleva consigo, además, una fuerte carga potencial de transformación de la realidad tal y como la hemos conocido.
El mecanismo de financiación ya está también bastante asentado (en ese sentido, la película es un claro producto de su tiempo): inspirado filosóficamente en el crowdfunding y basado técnicamente en la tokenización (fragmentación de un bien en activos digitales) que permite la tecnología blockchain, la noticia en realidad es la rapidez con la que se ha cumplido el objetivo económico marcado.
Parece que buena parte de los mecenas proceden de Tutellus, la ilusionante plataforma educativa distribuida que tiene a Miguel Caballero como principal ideólogo, promotor y CEO. Y, cómo no, los tokens adquiridos dan derecho a recibir una parte proporcional de los potenciales beneficios de la misma.
El mecanismo promete, y en Hollywood están tomando buena nota: ¡la próxima peli de Anthony Hopkins se distribuirá como NTF! Pero de esto hablaremos otro día. De momento, y respecto a Bull Run, nada, que en octubre de 2021 (dentro de nada) empiezan a rodar, y a mediados de 2022 debería estar, como dice el cliché, en sus pantallas.