SolarMente, solución blockchain de autoconsumo de energía

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Iniciativas basadas en la tecnología blockchain para distribuir energía hay muchas, muchas, especialmente si hablamos de las energías llamadas limpias. En algunos casos el objetivo es sencillamente un registro fiable y transparente; en otros se trata de poner en marcha todo un sistema de comercialización económico, flexible y auditable.

Siempre tenemos espacio para dar visibilidad a proyectos de este tipo, sobre todo cuando presentan una doble vertiente ambiental y de autoconsumo. Es el caso de SolarMente, una iniciativa surgida en 2019 que acaba de convertirse (ahí está la noticia) en la iniciativa premiada en el Hackaton Blockchain Las Rozas, convocado y promovido al alimón por Las Rozas Innova (empresa municipal) y Alastria (del consorcio blockchain por excelencia no hace falta decir más, ¿no?)

En la nota de prensa encontrarás todos los detalles acerca de esta convocatoria con acento pijo que puedas desear. Nosotros te damos los titulares: una instalación de energía solar permite ahorros de hasta el 50% y reduce nuestro impacto ambiental de manera variable. Estupendo, pero ¿y qué pinta aquí la tecnología blockchain?

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Le ventaja está en la comercialización de excedentes

Todos sabemos que el talón de Aquiles de energía solar (bueno, de cualquiera) es el almacenamiento. En el caso del sol, que tiene la costumbre de ponerse cuando llega la noche (qué manía) y de vez en cuando esconderse detrás de alguna nube, el suministro es más que irregular

Unas buenas baterías de última generación ayudan bastante, pero la posibilidad de redistribuir tu producción con tus vecinos y comercializarla ayudan a hacer esa energía más eficiente y rentable. Pero no es fácil, por no decir imposible, rastrear electrones…

Vale, eso no se puede, pero sí medir producciones y consumos en kW. Bien lo saben las grandes operadoras energéticas y cualquier contribuyente de a pie. Y para medir y registrar esas producciones y consumos de forma fiable, prácticamente instantánea y abierta a cualquiera es para lo que podemos acudir a la DLT o tecnología blockchain.

Lo único que hace falta es formar parte de la cadena. Los miembros de una red (en este caso de prosumidores de energía) pueden calcular cuántas gallinas entran y cuántas salen y calcular en consecuencia. Todo se regula automáticamente mediante contratos inteligentes y se resuelve en algún tipo de token.

Tecnológicamente es factible (vamos, como que ya se está haciendo). Económicamente es rentable. Ambientalmente es dar un paso de verdad hacia un nuevo horizonte.