Nunca es fácil hacer de la necesidad virtud, cuadrar el círculo o matar dos pájaros de un tiro. Así que, cuando se consigue, lo justo es valorarlo y aplaudirlo como se merece. En este caso estamos hablando de una invención relacionada con el mundo de la criptominería que podría revolucionar el sector.
Si en Soria saben de algo es de frío, así que no es de extrañar que fuese aquí donde surgió la idea de la caldera de minería TM-45 de Therminer, un dispositivo de calefacción que reutiliza el calor que producen los procesadores electrónicos mientras resuelven algoritmos en la criptominería basada en PoW (proof-of-work).
El proyecto se ha desarrollado gracias al programa Aceleradora 2020 de la Junta de Castilla y León. Es un detalle que queremos resaltar, porque da buen testimonio de que las tecnologías disruptivas, aparte de todo, abren un nuevo horizonte de posibilidades en territorios castigados por la despoblación, la escasa inversión o la falta de infraestructuras.
Caliéntate mientras ganas dinero
El sistema es sencillo. La caldera incorpora potentes procesadores que resuelven algoritmos para minar criptomonedas (bitcoin o cualquiera que parta de un PoW). Esos procesadores generan un fuerte calor al trabajar, que de hecho es uno de los mayores quebraderos de cabeza y fuente de gastos para las grandes compañías de criptominería.
Es más, a la ingente cantidad de energía consumida por los procesadores para sus tareas de minado hay que unir la dedicada a la refrigeración; es lo que ha hecho que las regiones más frescas del globo se hayan convertido en las preferidas por los criptomineros para instalar sus bases de operaciones. Es un problema importante, incluso para Los Simpsons.
Las complicaciones económicas y ambientales de la criptominería pueden compensarse, o al menos paliarse, con esta solución de calefacción. Se orienta no a grandes productores, sino a hogares que puedan compensar su gasto en calefacción generando ingresos a través del minado. Según nos cuentan en su web, con un sistema de placas solares podría alcanzarse la independencia energética.
Habría que tener en cuenta la geografía climática para calcular el consumo eléctrico y determinar la eficiencia de este sistema, pero está claro que el impacto para el medio ambiente y para nuestro bolsillo se atenúa con este novedoso sistema de calefacción. Ojalá estemos ante el nacimiento de un sistema de calefacción ambientalmente sostenible y económicamente rentable.