Monitorización del patrimonio con blockchain: Santa María la Real y Signeblock

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Seguimos asistiendo a la implementación de nuevos desarrollos y soluciones basadas en la tecnología blockchain para aportar valor diferencial en los más diversos ámbitos y sectores productivos. En este caso se trata de la confluencia entre patrimonio cultural y turismo. ¿Puede la blockchain contribuir a optimizar la conservación del patrimonio y las visitas turisticas?

La respuesta sería el proyecto que anunciaban recientemente los dos implicados, la Fundación Santa María la Real y la empresa tecnológica Signeblock en sendas notas de prensa. El objetivo es dar confianza a los posibles visitantes de espacios turístico-patrimoniales, certificando que se cumplen los criterios de seguridad en cuanto a control de aforo, calidad de aire o limpieza de espacios, entre otros parámetros.

Lógicamente, lo que nos viene a la mente de manera inmediata es la dichosa cuestión de los espacios seguros (desde una perspectiva sanitaria) que la pandemia de covid-19 ha hecho cobrar relevancia. En ese sentido, el valor añadido es una garantía constatable de seguridad que hará mucho bien al maltrecho sector turístico, en particular al turismo cultural y de patrimonio.

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Un control integral con blockchain de la gestión patrimonial

Signeblock es una presencia habitual en nuestro blog por sus iniciativas con diferentes socios en el desarrollo de herramientas basadas en DLT para el registro, monitorización, y control de productos, servicios y actividades. En este caso, se trata de trazar a través de la plataforma blockchain GOUZE los parámetros de calidad fijados por UNE y el Instituto de Calidad Turística Española.

Para la Fundación hablamos de mucho más, en el sentido de ser una clara apuesta de futuro. Esta iniciativa se enmarca en el seno de MHS, un sistema de gestión inteligente del patrimonio. Este sistema permite a los gestores establecer parámetros de calidad, comprobar su cumplimiento, registrar los datos y hacer fácilmente accesible al público los resultados.

Pero dejemos al margen la gestión por un momento y pongámonos en la piel del cliente (el turista) para visualizar las ventajas de este sistema. Imaginemos que queremos visitar un emplazamiento patrimonial (un monasterio como el que da nombre a la fundación, por ejemplo), y queremos comprobar que podemos hacerlo con seguridad.

Podemos, mediante una aplicación descargada en nuestro dispositivo móvil, constatar si los niveles de afluencia de público se mantienen dentro de los márgenes adecuados, si la calidad del aire es buena o si se ha efectuado la desinfección en los plazos establecidos. El almacenamiento compartido, accesible e inmutable de esa información ofrece las garantías imprescindibles.