Ya lo decía un paisano del pueblo de mi abuela: ahora que hemos aprendido a decir “almenaque”, resulta que se dice “calandario”… Pues eso, que no hemos terminado de enterarnos del todo de qué son las blockchain y para que sirven cuando se dibujan en lontananza oscuros nubarrones que preconizan el prematuro fin de esta tecnología.
Pero sigamos el sabio consejo de Jack el Destripador (ese de ir por partes) antes de tirar al fuego el último libro que te has comprado sobre cadenas de bloques. Lo primero, averiguar qué es eso de IOTA y de Tangle:
- IOTA: es una criptomoneda basada en el sistema Tangle con mucho futuro en el ámbito del Internet de las cosas, donde ha surgido.
- Tangle: es un sistema de registro colectivo y consensuado de datos que difiere de blockchain en su mayor escalabilidad, adaptabilidad y abaratamiento de costes.
Dicho así, sí que parece que las cadenas de bloques tienen los días contados… ¡Espera, apaga esa cerilla! Es cierto que IOTA y Tangle tienen características que superan las de las blockchain tradicionales, pero no otras. Resumiendo (y simplificando) al máximo, Tangle es mejor para los micropagos y el IoT, y blockchain para las transacciones mediante smart contracts.
Más una tecnología complementaria que una verdadera competidora
Tangle se basa en un concepto distinto al de las cadenas de bloques, que es el DAG: en cristiano (por decir algo), grafo acíclico dirigido. Entre nosotros, es una arquitectura muy ligera (apta para cualquier dispositivo) que no requiere minería (cero comisiones), escalable al infinito y que cuanto más grande, más ágil es. La pera limonera, vaya.
IOTA es hoy por hoy una criptodivisa muy prometedora para todo tipo de microtransacciones, aunque el gran “pelotazo” lo dio en diciembre de 2017 con un acuerdo con megacorporaciones varias para crear una plataforma para la comercialización de datos, o sea, para vender tus comportamientos y patrones de consumo, como muy bien te explican al final de este artículo.
Como siempre, no es oro lo que reluce, del dicho al hecho hay un trecho y demás refranes para expresar que el desarrollo de Tangle está en pañales, su funcionalidad es todavía más futuro que presente y que, quizás, en el seno de la nueva criatura (que veremos si se desarrolla plenamente) esté el germen de otra destinada a desbancarla. Total, que no tires el libro ese de blockchain, al menos todavía…