Os proponemos, en estas fechas tan señaladas, que dice el clásico, un jueguecillo especulativo sobre el impacto de la computación cuántica en el panorama blockchain. Jueguecillo, porque hemos de ser humildes y decir desde ya que hay todavía muchas incertidumbres (que somos incapaces de desvelar); especulativo, porque esto no pasa de ahí: un entretenimiento para la Nochebuena y la Navidad.
Un entretenimiento para nosotros, aquí y ahora, porque lo que está en juego es serio. La computación cuántica viene siendo, hablando rápido y mal, una forma de computación mucho más rápida y eficiente que la que conocemos. Tiene un lado brillante (muy brillante) y otro oscuro: el de ser capaz de tumbar todas las construcciones criptográficas que existen hoy por hoy.
Espera, no te pongas a quemar tus criptomonedas y tus identidades digitales todavía. La computación cuántica también puede aplicarse a la implementación de mecanismos criptográficos, claro que sí. Por eso se habla de los pros y contras, de los retos y las oportunidades que ofrece. Lee este artículo mientras me pongo un ponche de huevo y seguimos…

En menos de una década todo será distinto… pero igual
Como habrás visto, la computación cuántica puede verse como una amenaza (tal y como lo plantea de forma más explícita David Chaum, un tío que desde luego sabe de lo que habla), pero que en realidad plantea problemas de implementación no muy distintos a los que se plantean ante cualquier salto tecnológico: vamos a tener una herramienta poderosa entre manos, ¿cómo podemos asegurarnos de que no sea nociva?
Echando la vista atrás podemos encontrar patrones similares en los desarrollos tempranos de blockchain. Y de tantos otros factores de cambio, sean tecnologías o no: hay algo nuevo; se producirán grandes cambios; eso nos genera incertidumbres. ¿Podremos controlarlo? ¿Alguien lo aprovechará para sus perversos propósitos? ¿Puede ayudar a que vivamos mejor?
La respuesta a todas esas preguntas es “sí”. Ya existen proyecciones acerca de la tecnología en sí, de lo que puede generar para bien y para mal, y de las formas de promover los primero y protegernos de lo segundo. Es decir, igual que ya hay algunos desarrollos de computación cuántica, hay algunos planteamientos sólidos de seguridad criptográfica poscuántica.
Parece que todo esto transformará, otra vez y más pronto que tarde, la tecnología blockchain tal y como la conocemos. ¿Sólo su apariencia superficial, o su funcionamiento profundo? ¿Cómo se hace eso de forma práctica? Ni idea; eso ya queda para los que saben de lo que hablan, y por cuenta del tiempo. Por lo menos ya estamos avisados: este es nuestro regalo de Navidad.