Criptomonedas, la tercera ola monetaria

Hay quien clama acerca de las criptodivisas como una revolución económica, como lo nunca visto en la historia humana, confundiendo en mi humilde opinión la fuerza disruptiva de la tecnología blockchain y la DLT con su primera y más vistosa manifestación, las criptodivisas. Como Historia magistra vitae y otros latinajos que no vienen a cuento, vamos a relativizar un poco…

En realidad, y visto con cierta perspectiva, el salto a la criptomoneda es el siguiente paso lógico de la historia monetaria mundial, visto lo visto. Sería, en realidad, el tercer gran paso de la “fiduciarización”, si existiera esta palabreja, o por decirlo de otra forma, hacia la abstracción del valor de las cosas. ¿Por qué lo decimos y qué pasos ha sido esos?

tercera ola monetaria
Antes se hacía uno rico en la playa…

El primer salto lo constituyó el paso del trueque a la moneda en sí misma. Es decir, cuando un cazador y un alfarero dejaron de intercambiar los productos en sí (conejos y platos) e introdujeron un intermediario fácil de llevar y no perecedero: el metal. Quien dice metal dice conchas cauri o cualquier otro elemento que se convirtió en valioso no por su valor intrínseco sino por el que le dieron los susodichos cazador y alfarero.

Las criptodivisas no son una revolución, son un paso más en la dirección de siempre

El segundo salto nos es más familiar: es la creación del papel moneda y otras herramientas como el cheque, que se producen en Europa desde el siglo XIV. Ya no es necesario acarrear monedas: basta un papelito con una firma, y sobre todo una autoridad (un banco central es un ejemplo paradigmático) que respalde lo que dice el papelito. En 1971 llegamos a la extinción del patrón oro.

Tercer salto: la nueva tecnología de la comunicación nos permite relaciones más directas e inmediatas; ¿para qué necesitamos una autoridad, intermediario o diablo que lo fundó? Adiós, monedas centrales; hola, monedas basadas en un acuerdo colectivo. Las criptomonedas basadas en la tecnología blockchain hacen su estrepitosa entrada en la escena monetaria.

En realidad, si nos fijamos bien, veremos un par de constantes:

  • La transacción fuera del trueque siempre se ha basado en la confianza; cada vez se ha requerido un mayor nivel de confianza entre las partes o respecto a una autoridad mediadora. Esa tendencia se acentúa cada vez más.
  • Cada salto se ha dado para abaratar costes y agilizar las transacciones, que es precisamente la gran ventaja real (idealismos antisistema aparte) de las criptomonedas respecto a los sistemas previos.

Por lo demás, nada ha cambiado demasiado…