Las previsiones de que las criptomonedas, entre otras mil virtudes, se librarían de una autoridad central y la dejarían al margen como intermediario está ahora mismo en tela de juicio debido al auge de las llamadas criptomonedas nacionales. Para algunos es flor de un día; para otros, una realidad con sus pros y sus contras que está aquí para quedarse.
¿Qué son las criptomonedas nacionales, cómo funcionan? Básicamente, una criptodivisa nacional es aquella respaldada por un banco central, o lo que es lo mismo, por la máxima autoridad financiera de un país soberano. Por regla general, se asume que su valor equivale al de la moneda fiduciaria tradicional y, de hecho, esta suele ser el respaldo de estas nuevas divisas virtuales.
Respecto a por qué cada vez hay más criptodivisas nacionales y bancos centrales interesados en emitirlas, bueno, las razones son diversas y siempre estratégicas. Es cierto que abarata costes para la autoridad emisora, y hace más fluidas las transacciones comerciales. También favorece la balanza comercial de los países exportadores sin tener que pasar utilizar las monedas hegemónicas. Y, sobre todo, permite un gran control sobre cualquier transacción.
Los que ya tienen y los que van a tener
Lo cierto es que hubo unos pioneros frustrados, casos dispersos de individuos que se arrogaron la creación de aquellas primeras criptomonedas nacionales: Auroracoin para Islandia, Mazacoin para la nación Sioux, Isracoin para Israel… Es el caso del tether “estadounidense”. La lista es larga. Ecuador fue el primero que se lanzó a la piscina, con poco éxito.
Después, varios países se han situado ya a la vanguardia de la emisión de criptodivisa nacional. De algunos ya nos hemos hecho eco en nuestro blog. Ahora mismo, a finales de 2018, hay varias en proceso de implantación, pero la lista es más bien corta y para muchos poco respetable. Tenemos el Petro venezolano, el emCash de Dubai y el Sovereign de las Islas Marshall y, más asentadas, el e-Dinar tunecino y el e-CFA senegalés.
¿Y quiénes faltan por llegar? Los peces gordos. Suecia, que lleva su e-krona muy avanzada, como Estonia (Estcoin), Japón (J-Coin) y Corea del Sur (S-Coin). A medio camino están Suiza, Israel, Rusia o China, con claras intenciones. Otros, como Turquía, Reino Unido, Irán, Kazajistán o Camboya, parecen estar mucho más lejos, a pesar de sus declaraciones. Ya veremos.