La tecnología blockhain está íntimamente relacionada con las criptodivisas, pero no son lo mismo. Sí, seguramente esta te parezca una frase manida, repetida hasta la náusea… Y sin embargo, parece que todavía es necesario hacer un poco más de pedagogía en este sentido, a la vista de algunas publicaciones y declaraciones.
En ese artículo se plantea si la blockchain está en la tesitura de “desinflarse para quedar como un leve destello en la historia”. Con el mercado de criptodivisas marcando mínimos (algo que incluso podría ser saludable), aunque quienes pierden no lo vean así), vuelve a aparecer ese espectro que considera que blockchain y criptodivisas son lo mismo.
También se mencionan declaraciones de los líderes del FMI y el BCE en la última cumbre de Davos, calificando el mercado cripto como “un esquema piramidal que te puede explotar en la cara” (Kristalina Georgieva) de “activos especulativos” (Christine Lagarde). Llama la atención el uso de estos calificativos, viniendo de gente familiarizada con otros activos especulativos que recuerdan a esquemas piramidales y que no están en absoluto demonizados…
Churras y merinas (otra vez)
Los innumerables casos de éxito en los que se ha implementado la tecnología bockchain deberían haber dejado claro que una cosa es la tecnología de las cadenas de bloques y otra las criptomonedas, de la misma manera que una cosa es la fisión nuclear y otra la bomba atómica; la primera sustenta la existencia de la segunda, pero no son lo mismo.
Está fuera de toda duda que las cripto son las protagonistas de un mercado altamente especulativo, como lo es el de otros bienes similares (como el mercado Forex, sin ir más lejos). Por otro lado, en el ámbito de la logística, trazabilidad de productos, registro de transacciones, gestión documental, microcréditos, contratos inteligentes y demás, las aplicaciones de la blockchain en el mundo real siguen funcionando a pleno rendimiento.
Y por qué no habrían de hacerlo. Entendiendo esto no nos causaría sorpresa el nuevo fondo de inversión en blockchain de 4.500 millones de dólares de a16z (Andreesen Horowitz): lo que el artículo que da origen a este texto denomina “ir contracorriente” es en realidad una confirmación más de la buena salud de la tecnología.
Resumen: las criptodivisas podrían seguir perdiendo valor, hundirse en el fondo del abismo y desaparecer para siempre, y eso no tendría por qué afectar a los desarrollos de la tecnología blockchain, sólidos y funcionales. Faltaría más. Incluso a lo mejor nos quedábamos más tranquilos sin tener que andar diciendo esto una y otra vez, una y otra vez…