Todavía más protocolos de consenso en blockchain (y 3)

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Protocolos, logaritmos, pruebas… Da igual cómo los llames, la cosa es que resultan elementales tanto a la hora de construir una blockchain como en su naturaleza intrínseca; definen cómo funciona el sistema de consenso de una cadena de bloques, es decir, su misma esencia.

En episodios anteriores (siempre quise escribir esto), o sea, en este y en este, ya os presentamos los protocolos más habituales y exitosos, pero hay muchos más; de hecho, la tendencia es que cada blockchain elabore su propio logaritmo (normalmente a partir de otros anteriores, eso sí). A continuación comprobarás la diversidad que ya existe…

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Mucha participación, algo de tolerancia y otros consensos

En esta lista encontrarás bastantes protocolos de consenso menos conocidos y empleados (al César lo que es del César; buena parte de estos protocolos aparecen recogidos en este artículo de 101Bockchains):

Prueba de Participación de Velocidad (PoSV): Como con la PoS, se trata de promover la participación, pero a partir del concepto de “velocidad del dinero”, incentivando la transacción habitual de criptodivisa. Aquí la acuñación no es lineal. La usa Reddcoin.

Prueba de Participación de Tiempo (PoST): Lo que cuenta es el tiempo de participación. Así de sencillo. Aumenta la seguridad y la descentralización reduciendo la inflación. Es la de Vericoin, entre otras.

Prueba de Participación Anónima (PoSA): ¿Es posible verse recompensado por participar y mantener el anonimato? Pues parece que sí; la base sería una “función aleatoria anónima verificable”. No, yo tampoco sé que es.

Prueba de Autoridad (PoA): Los nodos validadores son los que crean los bloques de transacciones. La identidad real de los validadores ha de ser conocida, pues en ella se basa su autoridad para validar; fuera de las redes privadas es endeble.

Obelisk: Ideado para resolver los problemas de PoW y PoS, permite un bajo consumo energético y poca participación; la densidad (la “red de confianza”) de cada nodo determina su influencia. SkyCoin sería el ejemplo paradigmático.

Prueba de Asignación (PoA): El protocolo de IOTW está pensado para la IoT. La microminería y sus 3000 transacciones por segundo son las piezas centrales de este protoloco “low cost” de nueva generación ideal para dispositivos conectados.

Prueba de Punto de Control (PoC): Una sabia mezcla: la cadena funciona con PoS, pero cada cierto tiempo se exige una PoW que funciona como checkpoint. Así, puede implementarse en numerosísimos ecosistemas.

Prueba de Formulación (PoF): Otro de esos nuevos logaritmos altamente prometedores. En este ecosistema hay formuladores que generan los bloques y observadores que los confirman (son necesarios tres quintos). Aquí mina cualquiera, rápido y barato; una buena idea de FLETA.

Prueba de almacenamiento (PoS): este protocolo sirve para verificar la integridad de archivos remotos. Básicamente hay unos provers que almacenan datos y unos verifiers que “desafían” a los anteriores. Hay varias versiones (como la retrievability de Storj o la replication de Filecoin).

Grafo acíclico dirigido (DAG): ¿La Blockchain 3.0? Tangle (recordemos) fue de los primeros en usar este protocolo que lo tiene todo: barato, ágil, seguro… Matemáticamente me supera, pero es algo así como que “hay un solo camino y una sola dirección posible”.

Tolerancia a faltas bizantinas delegada (dBFT): Este hermano pequeño del BFT es una versión simplificada desarrollada por NEO que se basa en la sencilla ley de los dos tercios para asegurar que no se dupliquen consensos sobre una misma transacción.

Tolerancia a faltas bizantinas simplificada (SBFT): Si la confidencialidad es prioritaria, este es tu protocolo. Digamos que las transacciones se vigilan dos veces y se aplican varios sistemas para reforzar la seguridad (direcciones de uso único, por ejemplo).