De la pumarada a la sidrería: las manzanas se trazan con blockchain

manzana sidra

¿De dónde vienen las manzanas utilizadas para elaborar la sidra asturiana? Conocer el origen de esta fruta puede resultar complicado, pues durante el proceso de lavado, prensado y embotellado se mezclan manzanas procedentes de distintos cosecheros. Pero una vez más la tecnología blockchain ha hecho posible el más difícil todavía.

Esta misma semana se presentó en Gijón un novedoso proyecto piloto que permitirá a los consumidores conocer la trazabilidad de las botellas de Sidra de Asturias DOP, es decir, con denominación de origen protegida.

Este sistema ha sido creado por el CTIC Centro Tecnológico y cuenta con la colaboración del Consejo Regulador DOP Sidra de Asturias. Dicho organismo es el que ha aportado toda la información relativa a cosecheros y elaboradores de sidra.

De la pumarada al lagar: trazabilidad blockchain

Para poder saber de qué pumarada han salido las manzanas, que variedades se han incluido o en qué lagar y cuándo fue embotellada cada botella de sidra, el CTIC ha desarrollado una aplicación que de momento está en modo de prueba. Con ella se podrá escanear la contraetiqueta de las botellas y obtener toda la información sobre la trazabilidad de esa bebida.

La idea inicial es que la versión definitiva esté disponible en 2020. También los cosecheros y productores dispondrán de su propia herramienta para realizar el registro.

Con la puesta en marcha de este proyecto, se espera asimismo lograr que la confianza de los consumidores aumente. En este sentido, el presidente de la DOP, Celestino Cortina, señaló la “importancia del proyecto para el consumidor que elige DOP, pues es un cliente que se preocupa por la calidad. De ahí que se dé un paso más para hacer pública su trazabilidad”.

Esta iniciativa cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que en el año 2000 las botellas de sidra ni siquiera tenían etiqueta. De momento en este proyecto se han implicado dos lagares asturianos, pero la idea es que se vayan sumando el resto.

Foto: Mar Calvo