Todavía no nos hemos recuperado del todo de la resaca de la exitosa European Blockchain Convention celebrada en Barcelona en 20 y 21 de enero, y los análisis del encuentro no se están haciendo esperar. Lógico: la EBC es la mejor forma de tomar el pulso a la situación actual de puesta en uso de las diferentes DLTs a lo largo y ancho de la industria.
Uno de los resultados más jugosos de esta cumbre fueron las conversaciones en las que participaron diferentes representantes de la banca, pertenecientes tanto a entidades públicas como privadas. Es notorio que la Fintech es uno de los ámbitos privilegiados de desarrollo de la tecnología blockchain.
Lo que para algunos son avances que confirman la inevitabilidad de la aplicación de esta tecnología al mundo financiero, para otros son titubeos sin demasiado calado real en el día a día del sector bancario, tanto en cuanto a su funcionamiento y operabilidad como en lo que a su impacto sobre el gran público se refiere. ¿Qué han dicho los que más saben de esto?
La blockchain llegará en tres años de la mano de la banca privada
La afirmación más clara, y así lo recogen medios especializados en blockchain y otros más generalistas, ha sido la enunciada por María Concepción de Monteverde, responsable de la tecnología blockchain en el seno de Banco Santander. La gente de Botín sigue apostando decididamente por la blockchain, pero los primeros productos comerciales no verán la luz antes de tres años.
De acuerdo se mostró Scott King, su homólogo en ING, que explicitó que las cuestiones de seguridad, los costos de desarrollo y sobre todo los aspectos regulatorios siguen siendo los grandes caballos de batalla en el sector. En todo caso, King no marcó plazos, pero pidió paciencia para llegar a ver productos maduros para el mercado minorista.
Por parte de las entidades públicas (Banco Central Europeo y Banco de Inglaterra) se afirmó que los desarrollos tecnológicos para la puesta en pie de productos generalistas fiables basados en tecnología blockchain cabían en primer lugar a la banca privada; el papel de los bancos centrales sigue siendo regular el mercado y procurar estabilidad a los sistemas financieros.
A estas alturas, parece consagrada la idea de que la blockchain abarata costos por transacción; lo que queda es poner en marcha formas adecuadas para canalizar dicho potencial y hacerlo accesible a la gran mayoría de la sociedad. Ese es el desafío de los próximos años en el sector bancario.