Como el correo certificado, pero online. De esta manera tan gráfica y clara ha definido Magdalena Payeras el proyecto del equipo universitario de investigación al que pertenece. Y es que la virtud de las cadenas de bloques para garantizar un testimonio inmutable y auditable de cualquier transacción no podría tener mejor campo de expansión.
Payeras forma parte del grupo Seguridad y Comercio Electrónico (Secom) de la Universitat de les Illes Balears, y han diseñado un sistema de notificaciones seguro y trazable gracias a la DLT. Dicho sistema podría acreditar, sin la intervención de terceros, la emisión y recepción de cualquier mensaje, así como el momento en el que esto haya ocurrido.
Las dos principales ventajas que ofrecería este sistema a sus potenciales usuarios serían, por un lado, el respeto a confidencialidad del mensaje en sí y, por el otro, la fiabilidad de la verificación de dicho proceso. Podría convertirse pronto en una de esas aplicaciones descentralizadas que todo el mundo llevará en su smartphone.
Un acuse de recibo casi instantáneo e igualmente válido
Técnicamente, el sistema funciona mediante un contrato inteligente que se validaría cuando todas las partes implicadas lo hayan firmado. Volviendo a la metáfora original de Payeras, este smart contract nos remite del resguardo de una carta con acuse de recibo. Ahora piensa en el tiempo que requiere enviar una carta y recibir de vuelta dicho resguardo. Redúcelo a milisegundos. Ahí lo tienes.
Ahora, la idea se enfrenta al delicado momento de su puesta en práctica. La OTRI ya ha iniciado la tramitación de la patente y se buscan emprendedores dispuestos a trasladarla a la realidad y a colocarla en el mercado, algo siempre delicado en un contexto regulatorio que está, como todos sabemos, todavía en pañales.
Los posibles campos de aplicación de este sistema son, a nadie se le escapa, enormemente amplios y diversos. Cualquier intercambio electrónico entre dos o más partes podría beneficiarse de la agilidad y verificabilidad que ofrece una notificación certificada a través de la DLT. Y, además, de una manera sencilla y gratuita.
En estos tiempos en que la privacidad digital es una preocupación de primer orden y el comercio electrónico una realidad asentada, este tipo de proyectos tienen todas las papeletas para convertirse en una exitosa realidad. Ojalá que así sea.