Para quienes, como yo, no estén muy al tanto de las novedades en el mundo de la bolsa, un titular: SIX (el grupo que opera la principal bolsa de valores suiza) acaba de lanzar (según leemos en Expansión) una opa sobre BME (el grupo que opera los mercados de valores españoles); las condiciones parecen prometedoras para todos. Bueno, y ¿qué tiene que ver esto con blockchain?
Pues resulta que SIX es el artífice del mayor esfuerzo hasta la fecha por crear una bolsa de valores basada en tecnología blockchain. Six Digital Exchange, o SDX, está pensado como un servicio de negociación, liquidación y custodia de activos digitales. El armazón tecnológico lo ofrece la plataforma Corda Enterprise, del consorcio R3.
Esta bolsa digital contará con todas las garantías que ofrecen los mercados de valores tradicionales a los activos de toda la vida. Ahí está el problema… La regulación es el quid de la cuestión, y lo que ha hecho al proyecto SDX retrasarse unos cuantos meses. Plenamente funcional en septiembre de 2019, está a la espera de la inminente implementación legal que ampare las transacciones digitales de forma integral en 2020.
La DLT habilita una operatividad de activos digitales inimaginable
Ahora, la pregunta no es si, la pregunta es cuándo se producirá esa regulación de ámbito internacional (algunos se han adelantado). Pero sea cuando sea, SIX estará en primera fila. Y, con ella, BME.
No es una ventaja menor, lo de tener tan a mano una herramienta de negocio tan poderosa, en un contexto financiero como el español, que se digitaliza a marchas forzadas. La banca española se distingue en el panorama mundial por su decidida orientación hacia la banca 4.0 y, por otro lado, el “ciberparquet” español podría ser así más accesible y atractivo a los negocios de inversores de todo el globo.
Dichos negocios, pasados por el tamiz digital, significan lucros potencialmente colosales, y en todo caso prácticamente libres de ciertas cargas tradicionales. El intercambio se opera de forma prácticamente inmediata, casi automática si se quiere, facilitada de manera ostensible por la ausencia de intermediarios y las garantías que la tecnología blockchain aporta en materia de auditoría, de certificación y de trazabilidad.
La bolsa del futuro será eminentemente digital, o no será. La opa de SIX a BME es, quizás (dicho sea desde la más completa ignorancia), lo mejor que le ha podido pasar a la bolsa española. El tiempo lo dirá.