Petro, Libra, Terra y otras frustraciones cripto

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En el contexto actual, el tan cacareado criptoinvierno, es tentador echar la mirada atrás para revisar algunos de los desastres, fracasos e incertidumbres más llamativos del universo de las criptomonedas; sin ánimo de dar grandes lanzadas a moro muerto, sino para reflexionar sobre un hecho lógico: cuando un fenómeno florece, siempre hay brotes que se marchitan…

El comentario viene al hilo del quinto aniversario del Petro venezolano; pero también como balance de un año 2022 que se abría con la rendición incondicional de Libra y tenía como hecho central la catástrofe de Terra/Luna que dio el pistoletazo de salida al principio del fin del concepto de stablecoin.

Los tres casos son muy distintos entre sí, y esa es la razón que nos ha hecho traerlas al frente: presentar tres maneras distintas de hacerlo mal (un poco, mucho o totalmente) en el mercado, el planteamiento y el uso de criptodivisas. Y recordar que el hecho de que haya frustraciones puntuales en la aplicación de una idea no significa que la idea sea errónea…

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Terra, Libra y Petro

Empezamos por el hecho más reciente y con mayor impacto en el ecosistema de la tecnología blockchain aplicada a las criptodivisas: en marzo de 2022 sacudía el mercado el colapso del complejo Terra/Luna, un protocolo blockchain específico para stablecoins algorítmicas que buscaba estabilidad con una paridad con el dólar. El hundimiento ha generado dudas insuperables sobre este concepto explicadas de maravilla en este agudo artículo.

Yendo un poco más atrás, hasta enero de 2022, nos encontramos con el carpetazo definitivo a Diem (antes Libra) de Meta (antes Facebook). Lo que iba a ser una especie de, con perdón, stablecoin de las multinacionales, se vio desde un inicio bajo la lupa de las autoridades competentes por cuestiones de opacidad, monopolio, privacidad de datos y amenaza a la estabilidad financiera. Tras años languideciendo, los últimos respaldos abandonaron el barco…

¿Y el Petro? Esta es otra historia: una CBDC que podríamos denominar también stablecoin gobernada por el gobierno venezolano y basada en commodities, básicamente el petróleo. A pesar de la buena valoración de las autoridades responsables (faltaría más), sus inicios titubeantes, sospechas técnicas y operativas por doquier, escasa implantación… Pero ahí está, sobreviviendo contra viento y marea, con un uso reducido y escasamente funcional.

Moraleja: no todo lo que lleve la etiqueta “criptomoneda” es un proyecto sólido y con las virtudes propias de la tecnología blockchain (descentralización, seguridad, privacidad, etc.). Y, por otro lado, no todas las criptomonedas son pufos. Moraleja 2: en todas partes cuecen habas, y en el mercado de criptodivisas, también.