Nos vamos a meter en un terreno resbaladizo: vamos a atrevernos a comentar unas recientes declaraciones de Tim Berners-Lee, nada más y nada menos que el padre de la World Wide Web; lo que viene siendo internet. Así que, antes de nada, una advertencia: ¡con esto no pretendemos sentar cátedra ni de lejos!
Las declaraciones en cuestión (emitidas en el contexto del ciclo de conferencias The Next Web celebrado en Ámsterdam en junio de 2022) vienen a decir que la próxima generación de internet, la llamada Web 3.0, no necesita la tecnología blockchain; es más, dice claramente que no funcionaría. El caso es que nosotros, desde nuestra profunda ignorancia, estamos bastante de acuerdo…
Cierto que Berners-Lee subastó el código fuente de WWW en formato NTF como “obra de arte” el año pasado por más de cinco millones de dólares. Cierto que vende su propio producto, Solid, como alternativa a los desarrollos basados en blockchain y en el concepto de metaverso. Pero eso no quita que la tecnología blockchain sirva para lo que sirve…
La DLT es muy útil, pero no sirve para todo
Vaya por delante que, como es fácil apreciar echando un vistazo a nuestro blog, estamos convencidos de las virtudes de la tecnología blockchain y su capacidad disruptiva en numerosos ámbitos y modelos de negocio, como ya es patente en numerosos casos de uso. Pero eso no quiere decir que sirva para todo; ¿la rueda sirve para encender fuego?
Las declaraciones de Berners-Lee salen al encuentro de la nueva ola de hype que rodea los desarrollos basados en blockchain y que se manifiestan en forma de tokens no fungibles y metaversos, con sus promesas de descentralización, tokenización y colaboración (las “libertad, igualdad y fraternidad” posmodernas).
Para Berners-Lee, el próximo internet necesita más interoperabilidad, velocidad, escalabilidad y and privacidad. Eso pasa por una descentralización basada en pods (unidades de almacenamiento de datos personales hospedadas donde el usuario desee), se construye con las herramientas “de siempre” y sobre especificaciones abiertas. Con blockchain, dice, simplemente esto no es posible.
El caso es que tendemos a tener más fe en el tipo que inventó el HTML, el HTTP y el URL que, sin ánimo de faltar y por poner un caso, Mark Zuckerberg y su Meta, cuyas proyecciones de uso de la tecnología blockchain están muy lejos de su espíritu original y son técnicamente cuestionables; y lo dicen desde la IEEE, que algo saben…