Buterin: otro mercado NFT es posible

buterin nft blockchain 1

Conforme avanza 2021 parece cada vez más claro que la nueva criptoburbuja estará, si no está ya, en los NFT, los tokens no fungibles. Lo que nos ofrecen y que no ofrece ningún otro token digital es exclusividad: estos tokens pueden (normalmente) intercambiarse, pero no pueden repetirse. Son únicos.

Eso los convierte en instrumentos perfectos para vehicular bienes coleccionables e intangibles. Nuestro buen amigo Vitalik Buterin, el pope de Ethereum, el ayatola del ERC-20, el padrino de las dapps, no ha dejado de notarlo. Y, con su siempre aguda capacidad de análisis, ha hecho en esta entrada de su blog una reflexión sesuda y muy inspiradora sobre lo que es el mercado NFT y lo que podría ser.

La reflexión parte del concepto de legitimidad, su naturaleza y su relación con los capitales invertidos en criptoactivos y otros bienes digitales; ¿quién orienta la inversión, quién toma las decisiones estratégicas, con qué legitimidad? Ya os dijimos que era una reflexión sesuda. Vamos a ver a dónde quiere llegar.

buterin nft blockchain 2

De “casino para ricos” a fondos sociales comunitarios

Uno puede dedicar sus dineros a lo que quiera (menos para fines delictivos), faltaría más. Pero Buterin se pregunta acerca de la lógica de destinarlos a comprarse un tuit de Elon Musk; y con toda la razón del mundo. Al propio Musk debe haberle parecido una muestra de desquicie. ¿Es que no hay otra aplicación para los tokens no fungibles que, con perdón, hacer el memo?

Buterin ha calificado este ecosistema como a casino that largely benefits already-wealthy celebrities (un “casino para ricos”, simplificando), y ha puesto de relieve otros usos mucho más rompedores para los NFT. Sobre la base de la legitimidad y el prestigio se pueden “establecer canales sólidos de financiación” de proyectos artísticos o solidarios (y otros, cabe añadir).

El propio Buterin ofrece un posible mecanismo doble para orientar todas estas ganas de comprar que tenemos en una dirección positiva, apoyándose como decíamos en los principios de la legitimidad y el prestigio: una DAO “bendice” un token no fungible que se entrega a los usuarios que inviertan en transacciones con orientación social o solidaria y genera insignias para exponer en redes sociales, identidades digitales, etc.

En realidad, y esto ya es cosa nuestra, todo se puede reducir en último término a los conceptos de capital social y capital simbólico. El NFT hace posible lo impensado: tokenizar estos capitales. Es un arma muy poderosa que, como todas, puede (y suele) emplearse de la manera más espuria. Porque, amigo Vitalik, con la naturaleza humana hemos topado.