CaixaBank se une a la blockchain de we.trade

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Érase una vez una plataforma de comercio internacional pensada para empresas que realizan transacciones de gran calibre de rango internacional. Las urdimbres técnicas de esa plataforma, plantadas por IBM, eran las de Hyperledger Fabric, un proyecto de código abierto de Linux Foundation. Y esa plataforma se llamaba we.trade.

Todo esto ya lo sabíamos. La novedad es que a los Santander, Deutsche Bank, HSBC, Unicredit, Societé Génerale, Nordea, Rabobank, Natixis y KBC se unen ahora tres antiguos miembros del Consorcio Batavia: UBS, Erste Group y, lo que nos toca más de cerca, CaixaBank. Este es su comunicado de prensa contándonoslo.

Los nuevos socios son una incorporación de nivel; un gran fichaje, diríamos en términos futbolísticos, para una plantilla galáctica, hablando en banca. Una cartera de clientes de peso, presencia nueva o incrementada en numerosos países y nuevas oportunidades de negocio para todos los implicados en esta joint-venture con un cocodrilo como símbolo. Aquí, su perspectiva del asunto.

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Haciendo tratos ágiles, económicos y seguros por todo el planeta

Normalmente, las transacciones internacionales, incluso en el mundo tecnologizado e hiperconectado que todos conocemos, son lentas y dificultosas. Sobre todo, si los compradores y vendedores no se conocen y el negocio tiene cierta enjundia. El viejo problema de la confianza…

Los que estamos familiarizados con la DLT sabemos que esa falta de confianza (o la cara de esta moneda, el consenso) está en la base de la necesidad de una autoridad fiable, y que la tecnología blockchain ha venido, precisamente, a sustituir esa necesidad por medios técnicos (la contabilidad distribuida) igual de seguros que cualquier autoridad, pero mucho más eficientes.

Mucho más eficientes porque la blockchain es mucho más rápida y barata que cualquier método de compliance y certificación conocido hasta la fecha. Pero mucho, incomparablemente más. De ahí que la cadena de suministro, en este caso financiera, se haya lanzado en brazos de la blockchain con una fe que mueve montañas (de monedas, claro, a lo Tío Gilito). Y no es, faltaría más tratándose de quien se trata, de una fe ciega.

En el caso específico de we.trade, las garantías técnicas de funcionalidad y privacidad que ofrece una red permisionada se ven acrecentadas por el poderío de los bancos, garantes tradicionales de este tipo de tratos, y que, para ser francos, se han visto casi obligados a seguir la dirección que marca la DLT para no quedarse fuera de juego. O tempora, o mores…