La logística, y más concretamente la cadena de suministro, es uno de los sectores privilegiados para la puesta en práctica de soluciones basadas en la DLT o en la tecnología blockchain. En el caso de los puertos, ya lo hemos visto en el caso TradeLens o en el proyecto cartagenero Noms4all, y en muchos otros de relacionados principalmente con la industria alimentaria y la del transporte.
El proyecto DataPorts va un paso más allá, como ponen de relieve esta publicación o esta otra. “De los puertos conectados y digitales a los inteligentes y cognitivos”, define la primera de ellas el objetivo general del proyecto, con gran acierto; esta es una iniciativa para los puertos marítimos 3.0 que ya están plenamente involucrados en la digitalización.
A los mandos de este proyecto apoyado por el programa europeo H2020 encontramos al centro tecnológico valenciano ITI y a la Autoridad Portuaria de Valencia, aunque se hallan implicadas trece entidades de cinco países (España, Grecia, Alemania, Francia e Israel).
Compartir datos es mejor
La clave está en la gestión de los datos. La creación de una plataforma común de agregación e integración de datos está en el meollo del proyecto. Se pretende mediante esta plataforma interconectar las diferentes infraestructuras que ya existen y en las que participan, de forma aislada o en pequeños racimos, diferentes actores dentro de la misma actividad.
Los macrodatos y las cadenas de bloques resultan indispensables para ello. La tecnología blockchain, por su parte, aporta al proceso la confianza y agilidad necesarias para que dichos datos agregados permitan generar un valor añadido, en el sentido de facilitar la logística y el intercambio de mercancías.
La gestión segura, económica y transparente de los datos referentes a las múltiples transacciones que caracterizan la logística portuaria marítima es esencial para que la colaboración entre las diferentes partes acarree consigo ventajas significativas. Estaríamos, por lo tanto, ante una especie de cadena de cadenas que englobaría, idealmente, toda la actividad portuaria europea.
Tesalónica y Valencia serán los puertos donde se comience el testeo de este importante paso adelante. Es probable que, con el tiempo, la idea se convierta más en una necesidad que en una novedad. Si esta iniciativa es la que prospera, o si lo hará otra parecida, no podemos decirlo; pero que la idea arraigará con toda la fuerza que brota de la necesidad, de eso no nos cabe la menor duda.