Realizar el trazado de los la comida mediante tecnología blockchain es una noticia vieja, y solamente una de las muchas aplicaciones de esta tecnología en el sector alimentario. Lo que es más novedoso es que sea una empresa plenamente asentada como Navidul la que tome esta iniciativa para rastrear el jamón serrano, su producto estrella.
Navidul… bueno, no hay ni que presentarlos; no por nada la noticia ha saltado de la prensa especializada en logística a los rotativos más generalistas. Pues la gran empresa chacinera ha decidido apostar fuerte por la DLT como mecanismo para realizar el seguimiento de sus jamones y paletas.
A partir de mediados de 2021 solo tendrás que leer el código QR que encontrarás en la vitola del jamón para saber dónde y cuándo se originó, dónde ha estado y por cuanto tiempo antes de caer en tus manos. Es decir, para trazar (que en eso consiste) el ciclo de vida de cada pieza específica.
Seguridad alimentaria, control de calidad y transparencia
¿Qué aporta la contabilidad distribuida a la cadena de suministro, y más concretamente a la trazabilidad de alimentos? Ante una clientela cada vez más consciente de los vericuetos por los que discurre la supply chain de lo que consumen y preocupada por asumir su responsabilidad en el proceso surgen nuevas formas de vigilar, seguir y reconocer lo que comemos.
En ese sentido, la tecnología blockchain es perfecta: un registro compartido, verificable, accesible, inmodificable y seguro que podemos visualizar como un gran libro contable donde cada transacción se realiza a la vista de todos y se comprueba por todo aquel que quiera hacerlo. Y además es sumamente ágil y económicamente muy asequible.
Un proceso que hasta ahora se realizaba internamente pasará a ser accesible para el cliente final gracias a la colocación de bridas de radiofrecuencia en cada pieza; así, desde la recepción al empaquetado, y gracias a una red de antenas y arcos de radiofrecuencia, dicho proceso se volverá totalmente transparente para los consumidores.
Navidul y sus jamones se unen así a la larga lista de empresas productoras de productos alimentarios (y no necesariamente alimentarios) que cuentan con la tecnología blockchain para ofrecer a sus clientes o a sus socios un valor añadido de una manera sumamente funcional y eficaz. A partir del año que viene, además de ser un manjar digno de los dioses del Olimpo, el jamón tendrá su sitio en la blockchain.