Ya dice mi padre que a la gente le gusta que se lo den todo hecho. Y razón no le falta. Podría ser la primera piedra de la filosofía “as a Service”, según la que el consumidor no quiere un producto concreto, en el sentido de un equipamiento; quiere el resultado que ese producto puede darle. Es el llamado consumo flexible.
Los XaaS, que es como lo entendidos llaman a los modelos de negocio “as a Service”, tienen un gran espacio de desarrollo en el ámbito de la digitalización. En los sectores que impliquen un registro de transacciones en un sentido amplio, o (en un sentido más estricto) en las facetas tecnológicas de sectores como la compliance, la identidad digital, la supply chain o la trazabilidad, hay un -aaS fundamental: la Blockchain as a Service.
T-Systems irrumpe en escena con una propuesta que va precisamente en esa línea: la de poner las ventajas de la DLT al alcance de empresas y organizaciones sin acceso a una infraestructura blockchain, por falta de medios o de capacidad tecnológica. En esta noticia nos explican, además, que han establecido alianzas con Alastria en España y Malta Enterprise en aquella pequeña isla mediterránea.
Blockchain más accesible, más económica, más fácil
Siempre que se glosan las virtudes de la blockchain, en la lista de elogios no puede faltar que “la blockchain hace las transacciones mucho más económicas”. Y es cierto; pero la puesta en marcha de una infraestructura específica requiere una importante inversión, tanto en nueva tecnología como en la adaptación de nuestros viejos sistemas.
Con el acceso de la DLT como servicio, cualquier empresa u organización de mediana o pequeña talla podrá beneficiarse de las ventajas que la blockchain puede ofrecer a su negocio minimizando costes de inversión. En el caso de T-Systems, que a su ecosistema de compraventa de servicios blockchain incorpora proveedores de Cloud Computing y tecnologías IoT.
En todo caso, y pese a que en la nota de prensa de la casa este marketplace se describe como pionero en Europa, la oferta de BaaS no es algo nuevo. Ahí tenemos, muy a mano, la multipremiada iniciativa de la española iCommunityLabs, o las realizaciones de Vottun con su plataforma BaaS de certificación.
Está claro que el gigante alemán de las telecomunicaciones no ahorrará en esfuerzos para hacerse con un buen trozo del pastel BaaS. Pero parece que el pastel es tan grande que habrá un pedacito para todos, y que incluso las migajas podrían empachar a cualquiera. ¿Una revolución dentro de la revolución?