Este es uno de esos casos en los que no está claro si fue antes el huevo o la gallina, o si el carro va antes que los bueyes, o… En fin, que ante la presente escalada del precio del blockchain, parece que a todos nos ha entrado prisa con la cuestión de la regulación de los mercados de criptoactivos.
Y, a decir verdad, nada más lejos de la realidad. Hace meses (por no decir años) que los planteamientos se han puesto sobre la mesa a escala europea. Es, resumiendo, el llamado MiCA (market in cryptoactives) que la Comisión Europea presentó como propuesta al Parlamento allá por septiembre de 2020. Es el famoso Paquete de Finanzas Digitales. Tomando este excelente resumen como punto de partida podemos entender bien de qué va la cosa.
Lo que pasa es que las cosas de palacio van despacio, y nos está pillando el toro. La regulación de DLT lleva tiempo señalándose como una necesidad perentoria, pero es ahora que la tecnología blockchain está en plena funcionalidad y que el gran público parece dispuesto a lanzarse a la inversión digital de cabeza cuando se clama por un marco normativo funcional para que este tipo de inversión de produzca con todas las de la ley.
La vuelta de la esquina, ¿está lejos?
Algunos ya han tomado la delantera en el camino que la CNMV señalaba de manera más o menos oficial en este encuentro de marzo de 2020; y muchos estaban presentes en dicho encuentro. Es el caso, como ya contamos en este blog en su momento, del BBVA en Suiza o de nuestros viejos conocidos de Renta 4 con la pignoración para la prenda de valores.
El marco regulatorio para operar con activos digitales ofrecerá, como nos cuentan aquí, el amparo legal elemental para que los inversores puedan contar con las herramientas y las garantías imprescindibles en un campo de juego ordenado, el de las finanzas distribuidas, cuyas inseguridades actuales todavía frenan muchas iniciativas de negocio (y que han provocado recientes y polémicas advertencias de la propia CNMV y otras instituciones).
Con todo esto, estaríamos tentados de decir, tirando una vez más de tópico, que la normativa está a la vuelta de la esquina; pero parece que, a pesar de todas las buenas intenciones de las instituciones, los avances son cortos y lentos, y que no vamos a terminar de doblar la esquina nunca…