La blockchain y la ingenuidad, por Vitalik Buterin

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Qué bueno es poder mirar atrás y revisitar nuestras propias perspectivas pasadas para confrontarlas con la realidad presente. Y qué raro es estar dispuesto a hacerlo con honestidad. Ahí tenemos al bueno de Vitalik Buterin, que está dispuesto a hacerlo: repasar sus predicciones sobre la tecnología blockchain y las criptomonedas.

Buterin no necesita presentación. Su autorrepaso nos deja aciertos y errores, y un titular: “era más ingenuo entonces”. De todas maneras, merece mucho la pena echarle un vistazo detenido a su “twitterstorm”: ahí presenta y analiza sin piedad, una por una, sus viejas afirmaciones. Aquí traemos las que más nos han llamado la atención.

Así, en general, destaca eso de la ingenuidad. Aclarar que se refiere a su percepción de las estructuras organizacionales humanas, a no haber tenido en cuenta la cultura, explica. Era fruto del esfuerzo por adaptar la realidad a “sistemas formales simples y completos”. La legitimidad es la clave de su nueva forma de ver la fuerza social en los ecosistemas blockchain.

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Esclavos de nuestras palabras…

El tiempo no perdona a nadie…

“Predije las DeFi, pero las NFT se me pasaron por alto”, dice, recordando un artículo de 2019. Lo que pasa es que su enfoque de las posibilidades que ofrecen las NFT difieren tanto de los derroteros que están llevando que era muy difícil predecir su apogeo a partir de 2021. Ahora, Vitalik, que si te sirve de consuelo, predecir no lo había predicho nadie.

Una de 2013 que parece ser un claro acierto: el paso del proof-of-work al proof-of-stake. Hablando de protocolos de consenso, lo que le hizo sustituir en sus preferencias el PoW por el PoS fue la mayor eficiencia energética de este último. Algo que al parecer le ha ayudado a tomarse las asunciones con más relatividad que antes.

Y otra, de 2015, que parece ser un claro error: sus predicciones sobre la llegada del sharding. Dice él mismo que, visto a día de hoy, es para carcajearse: demasiado optimista, y su pensamiento demasiado complejo. Hoy, más que nunca, está empeñado en el problema de la escalabildiad.

Y cerramos con la que terminaba Buterin este notable hilo con el que inició 2022 (menudo día de Año Nuevo): “se me daban mejor las ideas abstractas que la producción de desarrollos de software. […] necesitamos más simplicidad de la que imaginé.” Dice mucho de ti, Vitalik.