¿Quién dijo que las CBDC (central bank digital currency) son el futuro de la moneda digital? Buen, todo el mundo… O casi. Alemania dice que buena gana tenemos de complicarnos la vida. Y lo demuestra realizando una transacción de valores en la que se ha empleado la DLT (tecnología blockchain para los amigos), pero no una divisa digital.
Interesante, desde luego. Los gobiernos de medio mundo y sus respectivos bancos centrales pierden el aliento (por no decir otra cosa) en la carrera para el establecimiento de CBDC, y los alemanes dicen que para qué. Por una parte, es cierto que el gigante alemán es, como actor más importante en el sistema bancario europeo, quien más puede perder implementando nuevos modelos; por otra parte, si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Esa viene a ser la reflexión de los responsables del Bundesbank, la Deutsche Börse y la autoridad federal de supervisión (que tiene un nombre larguísimo), según puede leerse en su comunicado de prensa. Las CBDC serían una aplicación tecnológica superflua, ya que el Bundesbank se ha limitado a crear una interfaz entre su sistema interno y un libro distribuido.
Entre la practicidad y la estrategia
La transacción en cuestión fue la liquidación de un bono federal a diez años a través de la plataforma TARGET2. Dicho bono se emitió en tecnología DLT, y todas las transacciones secundarias también se registraron mediante esta tecnología. Para ello se empleó un programa “disparador” que hizo de puente entre el sistema del banco alemán y la cadena de bloques.
Nadie está diciendo que la tecnología blockchain no le vaya como un guante a los procesos de compensación y liquidación que son el alma del mercado bursátil. Le va. Lo que dicen los alemanes es que no se necesita nada más: todos los implicados (Citibank, Barclays, Goldman Sachs, Commerzbank, DZ Bank y Société Générale) parecen satisfechos, ¿para qué más?
Conviene anotar que las transacciones realizadas en este test no fueron legalmente vinculantes, seguramente por las deficiencias regulatorias de las que seguimos doliéndonos. Y, además, que las monedas digitales sirven para otra cosa que no son solamente las grandes transacciones: el comercio minorista y los micropagos, principalmente. Por no hablar de cuestiones de soberanía monetaria digital.
Así, es difícil decir si los alemanes han hecho este movimiento por razones puramente prácticas (para demostrar que el sistema puede implementarse de manera casi inmediata a nivel europeo) o más bien estratégicas, es decir, para trabar los avances europeos hacia el euro digital. Ya lo iremos viendo…