CBDC, gobernanza y los suecos: los márgenes de la DLT permisionada

moneda sueca antigua

Con el advenimiento de las CBDC en un horizonte más o menos próximo, apenas queda tiempo para reflexionar en torno a una cuestión central que tal vez haya recibido menos atención de la debida (o se haya soslayado en atención a otros aspectos): el de la gobernanza de las monedas digitales nacionales.

Siendo uno de los grandes protagonistas de las perspectivas en blockchain para 2021 (en conjunción con los aspectos regulatorios asociados), el desarrollo de criptomonedas nacionales está a la orden del día; se veía venir con la que está cayendo, pero es cierto que las virtudes financieras de las CBCD han dejado en segundo plano la cuestión de la gobernanza de las redes que las sostienen.

Es el punto de partida de este interesante artículo que viene a reflexionar sobre el tema publicado por el Bank for International Settlements, y que coincide en el tiempo con algunas novedades (relativas) sobre la e-krona sueca: su inminente implantación preocupa al sector bancario sueco. Son los dos pilares sobre los que se basa este artículo.

esquema funcionamiento e-krona

La incertidumbre es inevitable

Por un lado, el mencionado artículo del BIS hace un agudo análisis para llegar a una conclusión que no sorprende demasiado a nadie: las redes permisionadas descentralizadas implican cierto riesgo de corrupción, y encuentran más fiables las redes centralizadas “excepto si el imperio de la ley es débil” en esa autoridad central.

Por el otro, los bancos suecos se preocupan por la implantación de la CBDC sueca; no deja de ser llamativo, pues si en algún lugar de este sucio planeta podemos confiar en un imperio de la ley sólido, fiable y transparente, convendremos que Suecia estaría entre uno de los pocos países que a todos nos vendrían a la cabeza en primer lugar.

Entonces surge una duda esencial. Resulta preferible fiarse de las redes permisionadas centralizadas (o sea, hablando de CBDC, de las de los bancos centrales); pero los banqueros suecos ven problemas para poner en marcha la de su país. Cierto que el problema no es de legitimidad, al menos en primera instancia: es de confianza de los bancos en su propia autoridad central.

Su dilema está en si se encontrarán con problemas de financiación y de liquidez. Llamativo, a estas alturas del partido; tal vez busquen participar de manera más activa en la gobernanza de la red… Llegados a este punto, cabe plantearse el clásico “quién regula al regulador”. Y volvemos al también clásico dilema de por qué confiar más en las instituciones bancarias que en la gente.

Houston, tenemos un problema: ¿a qué CBDC cabe aspirar realmente? Si el ciudadano parece comprometido con la e-krona hasta ese punto, ¿por qué dudar de su honestidad (más que de la de los bancos) en el ámbito de la gobernanza de una red permisionada?