La carrera de los bancos centrales hacia la implantación de las CBDC (central bank digital currency) prosigue su curso. Una carrera rocambolesca donde las haya: no todos corren en la misma dirección; algunos lo hacen por tener un recuerdo; otros ya han llegado pero como si no; otros empezaron fuerte y ahora no quieren llegar; y otros dicen que no quieren llegar… pero corren igual. En este último supuesto parece estar Israel.
El de Israel es un caso más bien raro en cuanto a monedas digitales se refiere, pero que encaja de manera muy lógica en la dinámica política y estratégica de este peculiar país de Oriente Medio, que está desde luego en una posición geopolítica incómoda se mire por donde se mire. Las últimas noticias dicen que el shekel digital está listo; pero el ministro del ramo dice que igual no…
Literalmente, lo que ha declarado Andrew Abir (el director del Banco de Israel) es que “hay algo menos de un 50 % de probabilidades de que se desarrolle en menos de cinco años”. Es hasta gracioso, porque en junio de este año declaraba que la probabilidad era del 20 %; a lo mejor a fin de año hemos subido al 120 %…
¿Va de farol?
Entonces, ¿está o no está el dichoso shekel digital de Israel? Porque suena a que sí, pero que estamos disimulando un poquillo, ¿eh, Andrew Abir? Lo mismo pasa con la infraestructura tecnológica. La blockchain elegida ha sido Ethereum, pero dicen desde el Banco de Israel que no es por nada en concreto, sino porque funciona y así podían ir trasteando…
Es un poco el argumento del que está regateando por un camello en el zoco (quien dice un camello dice una barba postiza), el de Homer Simpson y su “hum, y solo transporta materia…” o el del manitas falso-modesto que te hace un templete para cincuenta músicos con las herramientas del Lidl. Ya; o sea, que Ethereum era lo que teníais más a mano, así, para pasar el rato el fin de semana, ¿eh, Andrew Abir?
Suena, tras más de dos años desde las primeras noticias al respecto, a que la CBDC israelí está más que lista desde un punto de vista conceptual y tecnológico al menos (o sea, previo a las pruebas de uso). Y que estas declaraciones son de esas que lo que pretenden es jugar al despiste.
Nada nos permite asegurar si está o no está, si será sobre Ethereum o no. El Mossad no nos coge el teléfono. Lo que es seguro es que algo se cuece en Tel Aviv… Y no es carpa rellena…